Codificación ≠ Lengua mundial

Algunas legislaturas estatales han propuesto que los estudiantes que aprendan a programar obtengan créditos de lenguas extranjeras. ¿Es aprender a codificar equivalente a aprender una lengua mundial? A un profesional de las lenguas le parece absurdo. La codificación es, sin duda, una habilidad valiosa en el mundo actual. También es comprensible que los legisladores y los administradores escolares necesiten encontrar espacio en un plan de estudios ya abarrotado para incluir más aprendizaje. Sin embargo, creemos que es un error sustituir el lenguaje mundial, el único lugar del plan de estudios donde los estudiantes pueden aprender habilidades cruciales para el éxito en nuestra sociedad y economía globales cada vez más conectadas.

¿Por qué ocurre esto?

¿Cómo ha llegado la enseñanza de idiomas a este punto? Quizá nosotros, educadores y defensores de las lenguas del mundo, tengamos parte de culpa. ¿Se imparten demasiadas clases de idiomas de forma que la gente piense que aprender una lengua equivale a aprender a programar? A pesar de los esfuerzos del Consejo Estadounidense para la Enseñanza de Lenguas Extranjeras (ACTFL, por sus siglas en inglés) y de los líderes en este campo por llevar la enseñanza de idiomas a un enfoque basado en el dominio del mundo real, el enfoque tradicional de enseñar idiomas como un conjunto de reglas y convenciones rígidas y alucinantemente complejas (conjugaciones verbales, puntos gramaticales descontextualizados, etc.) sigue siendo demasiado común en las aulas. De hecho, esta forma tradicional de enseñar las lenguas del mundo se parece mucho a la codificación. Al fin y al cabo, la codificación consiste en un conjunto de léxicos y sintaxis específicos y rígidos que los programadores utilizan para crear acciones en dispositivos informáticos. Para agravar el problema, muchos responsables educativos recuerdan que sus propias experiencias tradicionales de aprendizaje de idiomas eran como trabajar en una fábrica de conjugación y traducción de verbos.

Las lenguas del mundo están vivas

Si en lugar de enseñar a la manera tradicional, enseñamos la lengua como la forma viva y palpitante de interactuar con personas de culturas y perspectivas diferentes, no sería posible confundir el lenguaje mundial con la habilidad de dirigir una máquina para que realice acciones. Debemos destacar los aspectos de la lengua y la cultura que la hacen tan singularmente valiosa en el mundo actual.

Los profesores de lenguas extranjeras podemos y debemos ir más allá de los métodos anticuados de enseñanza y demostrar a las partes interesadas que el impacto educativo de nuestra asignatura está a la altura de las matemáticas, las ciencias y las artes lingüísticas. Si lo conseguimos, nadie volverá a confundir el aprendizaje de idiomas con la codificación.

Acerca de Avant Assessment

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